Amy (Mira Sorvino) es una arquitecta que trabaja sin cesar. Cuando acude a un balneario para descansar, conoce al masajista Virgil (Val Kilmer), que resulta ser ciego. Ambos se enamoran y ella investiga acerca de su enfermedad para encontrarle un especialista. Cuando lo ha localizado, insiste a Virgil de que se opere para recuperar la vista. Virgil está asustado pero finalmente se opera y recobra la vista. Sin embargo, al cabo de un tiempo Virgil comienza a notar síntomas de ceguera.
Después de un tiempo Virgil pierde totalmente la vista y se aparta de Amy, pero al final el reconoce que ver las cosas físicamente no es todo y regresa con Amy.