La serenidad, se define como el valor que nos enseña a conservar la calma en medio de nuestras ocupaciones y problemas, la paz interna que nos insta a mostrarnos cordiales y amables con los demás.
La serenidad nos permite mantener un estado de ánimo apacible y sosegado aún en las circunstancias más adversas,nos facilita la búsqueda de soluciones adecuadas a nuestros problemas a través de una reflexión cuidadosa, sin engrandecerlos ni minimizarlos.
Por lo general cuando los problemas nos superan se cae en la desesperación, nos sentimos tristes, irritables, desganados y muchas veces en un callejón sin salida. Allí está la varita mágica, la serenidad que nos permite salir airosos de estas situaciones.
Obviamente, la serenidad no se logra con el simple deseo, pero, hay algunas actitudes que podemos asumir para lograrla.
*No nos encerremos en nosotros mismos/as .
* Concentrémonos en una labor determinada: ya que necesitamos liberar nuestra mente, salir del círculo vicioso y estar en condiciones de analizar las cosas con calma.
* Alegrémonos con la alegría de nuestro prójimo; ellas perciben nuestros estados de ánimo y nada nos da derecho a ponerlas tristes.
* Cuidémonos : la falta de sueño y de una buena alimentación merma nuestra capacidad para reflexionar, analizar y por ende tomar buenas decisiones.
Cultivemos la serenidad, ella nos hace más dueñas (os) de nuestras emociones, nos da fortaleza para dominar nuestros instintos, para soportar y afrontar la adversidad sin afectar el trato y las relaciones con nuestros semejantes.