Will nos describe con su forma simple, clara y enérgica de expresarlo, como se la pasa su vida y cuales son las claves del exito sabiendo además que es alguien que VIVE según esos conceptos, y no sólo los declama.
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El tren de la vida
Nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, con algunas subidas y bajadas tristes.
Que es la vida?
Te habéis preguntado alguna vez ¿QUÉ ES LA VIDA?
Al formularme esta pregunta llegaron a mi mente algunas respuestas, tal vez, muy pequeñas e insignificantes…
Pero, para empezar a cuestionarme a cerca de cómo lo estoy haciendo, me parecen suficientes.
La vida es más que la suma de seres vivos, la vida es un tesoro compartido, de valor incalculable y eterno.
Es la sonrisa de una madre, es la palabra y la mirada de un padre, es la carita inquieta de un niño, el gesto amable de un anciano, la sabiduría que se desprende de su alma a
través de su mirada, de sus palabras, a veces, vacilantes.
Es saber disfrutar y compartir el cariño inmenso que nos rodea cuando estamos en familia, la belleza y el aroma de una flor, el ambiente que nos cobija, la magia de un «te quiero»
El abrazo fraterno a quienes queremos y un beso sincero en el encuentro; es tender la mano al caído, es secar las lágrimas de una carita infantil, enjugar el
llanto que brota del alma…
La vida es un camino cuyas rutas debemos recorrerlas con la mirada franca, con una sonrisa perpetua, con un beso dispuesto a plasmarse en un horizonte lejano.
La vida es la escuela donde aprendemos a amar, a perdonar, a olvidar, a recordar, es un espacio para ampliar los afectos y reflexionar sobre nuestras vivencias.
-Mara Dolores
Yo tuviera mi vida para vivirla de nuevo (Reflexion)
Me habría ido a la cama cuando estaba enferma en vez de pretender que la tierra se pararía si yo no estuviera en ella al día siguiente.
Hubiera encendido la vela rosada en forma de rosa antes de que se derritiera guardada en el armario.
Habría invitado a mis amigos a cenar sin importar que la alfombra estuviese manchada y el sofá descolorido.
Habría comido las palomitas de maíz en el «salón de las visitas» y me habría preocupado menos de la suciedad cuando alguien quisiese prender el fuego en la chimenea.
Me habría dado el tiempo para escuchar a mi abuelo divagando sobre su juventud.
Nunca habría insistido en llevar cerradas las ventanas del carro en un día de verano porque me acababa de peinar y no quería que mi pelo se desarreglara.
Me habría sentado en el prado sin importar las manchas de la hierba.
Habría llorado y reído menos viendo televisión y más mientras vivía la vida.
Nunca habría comprado algo debido a que era práctico, no se ensuciaba o estaba garantizado para durar toda la vida.
En lugar de evitar los nueve meses de embarazo, habría atesorado cada momento y comprendido que la maravilla que crecía dentro de mi, era mi única oportunidad en la vida de asistir a Dios en un milagro.
Cuando mis hijos me besasen impetuosamente, nunca habría dicho «más tarde, ahora ve y lavate para la cena», Habría habido más «te quiero» y más «lo siento»
Pero sobre todo, quiero darle otra oportunidad a la vida, quiero aprovechar cada minuto. Mirar las cosas y realmente verlas… vivirlas y nunca volver atrás…
¡DEJAR DEPREOCUPARME POR LAS COSAS PEQUEÑAS!!!
Autor: Erma Bombeck
(escrito después que ella descubriera que estaba muriendo de cáncer).
