0

La obligacion de Rezar -Osho

Durante un tiempo fui profesor en un instituto de sánscrito. Como no había dependencias para los profesores y yo era el único, me albergaron en la residencia de los estudiantes.

Era un instituto de sánscrito de la vieja escuela; los estudiantes tenían que levantarse todas los días a las cuatro de la mañana, darse una ducha fría y prepararse para los rezos de las cinco.

Desde hacía muchos años solía despertarme espontáneamente muy temprano, antes del amanecer. Ellos todavía no habían comprobado que yo era un profesor porque todavía no había empezado a impartir las clases.

De modo que no podía trabajar y los estudiantes no tenían la menor idea de que yo era un profesor… Una vez que rezaban tenían que ducharse con agua fría en mitad del invierno obligatoriamente.

Yo les oía y pensaba: «Es curioso, pues es muy probable que cuando lleven seis en este colegio no vuelvan a rezar ni a madrugar en toda su vida».

Le dije al director:

—No está bien que los obliguen a rezar. No se puede obligar a alguien a rezar, no se puede obligar a alguien a amar Y me respondió:

—No es una cuestión de obligación. Aunque suspenda la obligación de rezar, seguirán haciéndolo.

Inténtalo —le dije.

Retiró la orden y, excepto yo, no se levantó nadie a las cuatro de la mañana. Llamé a la puerta del director y él también estaba durmiendo; siempre dormía y no participaba en la oración.

—Levántate y mira lo que ocurre —le dije—. No se ha levantado ni uno de los cinco mil estudiantes que hay y ni uno solo se ha ido a rezar.

Los pájaros no cantan por obligación. El cucu no es porque haya recibido una orden presidencial o porque halla una emergencia; simplemente canta porque disfruta con el sol con los árboles. La existencia es una celebración constante. Las flores no abren sus pétalos porque alguien se lo ordene, no es una obligación. Es una respuesta… una respuesta al sol, una muestra de respeto, de oración, de gratitud.

-OSHO

0

Las Cuatro Nobles Verdades

Primera Noble Verdad: El Sufrimiento.

El sufrimiento existe. Todos sufrimos en alguna medida, y tenemos en el cuerpo y en la mente algún tipo de malestar. Debemos reconocer y aceptar la presencia de … éste sufrimiento y sentirlo, no negarlo.
Segunda Noble Verdad: El Origen del Sufrimiento.

Después de percibirlo, debemos observarlo profundamente para ver cómo se forma. Necesitamos reconocer e identificar qué clase de alimentos espirituales y materiales hemos ingerido que nos están causando sufrimiento.

El Sufrimiento es causado en gran medida por el Deseo, el Apego y la Ignorancia (desconocer la realidad de la Interdependencia, de la Impermanencia, del Karma, de la ley de «Causa y Efecto», etc).
Tercera Noble Verdad: La Extinción del Sufrimiento.

Esta es una buena noticia. Buda no negó la existencia del sufrimiento, pero tampoco negó la de la alegría y la felicidad. Buda no dijo que «todo es fuente de sufrimiento y no podemos hacer nada para evitarlo».

Buda nos enseñó cómo reconocer y aceptar la presencia del sufrimiento, pero también nos enseñó cómo ponerle fin. Si no hubiera la posibilidad de hacerlo, ¿de qué serviría practicar? La Tercera Noble Verdad nos dice que la curación es posible.
Cuarta Noble Verdad: La Senda que conduce a la Extinción del Sufrimiento.

Esta es la senda que más necesitamos. Buda la denominó el Noble Octuple Sendero.

Este sendero nos da a conocer las maneras de ser consciente que son correctas, adecuadas y beneficiosas: la Visión Justa, el Pensamiento Justo, la Atención Justa, el Habla Justa, La Acción Justa, la Diligencia Justa, la Concentración Justa y el Medio de Vida Justo.
-BUDA

0

El poder de la Voluntad

Me reí al ver la primera foto… tú también lo harás. 

Pero deslízate más abajo y podrás compartir esta historia sobre el Poder de la Voluntad.

Aquí va:

 

Pensaste que el perro esta imitando al hombre?

o divirtiendo a los jovenes en el colegio?

Ahora mira mas de cerca…

ya te percataste del mensaje?

Aunque solo tiene 2 patitas el se gana el respeto

y es bienvenido calidamente en todo lugar…

Obtiene palmaditas de cariño

el se vale por si mismo

Las puertas están siempre abiertas sólo para aquellos que creen en sí mismos y el poder de su Voluntad, el cual hace que un cuadrúpedo camine a dos patas…

Nunca te des por vencido!!

0

¿LOS REYES MAGOS EXISTEN? (Motivacional)

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:

– ¿Papa?
– Sí, hija, cuéntame
– Oye, quiero… que me digas la verdad
– Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
– Es que… -titubeó Blanca
– Dime, hija, dime.
– Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.

– Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?

La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:

– ¿Y tú qué crees, hija?
– Yo no se, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
– Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero…
– ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
– No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca . –

Entonces no lo entiendo. papá.

-Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado. Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:

– Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

– ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

– ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo. Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

– Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:

– Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

– ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero. no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.

– No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.

– ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.

– Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.

– Sí, claro, eso es fundamental – asistieron los tres Reyes. – Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

– Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.

– Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:

– Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:

– Ahora sí que lo entiendo todo papá.. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.

Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:

– No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.