3

Ser feliz en espíritu

El siguiente escrito tiene muchas supuestas fuentes, las dos mas sonadas son Lakota Sioux y un gran abuelo de los Indios Hopi. No se cual sea la real y la verdad es que no tiene relevancia. El mensaje es grande, profundo, intenso y hermoso… con eso me es suficiente. Espero les gueste y les llegue tanto como a mi. Namaste -SH

VIDAESPIRITUAL«No basta con que el hombre sea feliz en su carne, sino que debe ser feliz en su espíritu. Porque sin felicidad y fuerza espiritual la vida es engañosa. Sin buscar las cosas del espíritu, la vida se vive a medias y está vacía. Por vida espiritual no quiero decir el apartarse una hora de un día para estar en adoración, sino buscar las cosas del espíritu cada hora de cada día.

Les pregunto: Qué hizo esta gente para encontrar iluminación y fuerza espiritual? Sólo se dedicaron a una vida que tenía poco mas que trabajar? Se les dio la oportunidad cada día de sus vidas– tal como a Uds. les será dada la elección de buscar la fuerza del espíritu o resignarse a una vida de trabajo sin significado. El resultado es siempre el mismo: sepulcros olvidados y sueños olvidados, de olvidadas gentes. No es importante lo que alguien recuerde, sino alcanzar a Dios y sostener una posición positiva del Espíritu que mueve todas las cosas, trayendo la conciencia del hombre mas cerca del Creador.

No basta con buscar las cosas del espíritu a un nivel personal. Es egoísta hacerlo así, y quienes buscan lo espiritual sólo para si mismos no están buscando cambiar al espíritu que se mueve a través de los corazones de los hombres. Ellos están escapando, eludiendo su responsabilidad, y usando su conocimiento para su propia glorificación. Un hombre espiritual debe trabajar por un principio, por una causa, por una búsqueda mucho mayor que la glorificación de si mismo, para cambiar el espíritu que dirige a los hombres hacia su destrucción.

Intentar vivir una vida espiritual en la sociedad moderna es el camino mas difícil que se puede recorrer. Es un camino de dolor, aislamiento y pruebas de fe. Pero es el único camino que puede hacer nuestra Visión una realidad. La verdadera búsqueda en la vida, es vivir la Sabiduría de la Tierra dentro de los confines del hombre. No hay iglesia ni templo que necesitemos para encontrar la paz, porque nuestros templos están en la naturaleza. No hay líderes espirituales, porque nuestros corazones y el Creador son nuestros únicos líderes. Nuestro número es reducido, porque pocos hablan nuestro lenguaje o comprenden las cosas que vivimos. Así , recorrimos solos nuestros caminos, porque cada Visión, cada búsqueda, es única para cada individuo. Pero debemos caminar en la sociedad, o nuestra Visión morirá. Porque un hombre que no vive su visión, está viviendo su muerte.»

0

Concentración y Piedad (CUENTO ZEN)

Un joven, preso de la amargura acudió a un monasterio en Japón y le expuso a un anciano maestro:

– Querría alcanzar la iluminación, pero soy incapaz de soportar los años de retiro y meditación. ¿Existe un camino rápido para alguien como yo?

-Te has concentrado a fondo en algo durante tu vida? preguntó el maestro.

– Solo en el ajedrez, pues mi familia es rica y nunca trabajé de verdad.

El maestro llamó a un monje. Trajeron un tablero de ajedrez y una espada afilada.

– Ahora vas a jugar una partida muy especial de ajedrez. Si pierdes te cortaré la cabeza con esta espada; y si por el contrario ganas, se la cortaré a tu adversario.

Empezó la partida. El joven sentía las gotas de sudor recorrer su espalda, pues estaba jugando la partida de su vida. El tablero se convirtió en el mundo entero. Se identificó con él y formó parte de él. Empezó perdiendo, pero su adversario cometió un desliz.

Aprovechó la ocasión para lanzar un fuerte ataque, que cambió su suerte. Entonces miró
de reojo al monje.

Vió su rostro inteligente y sincero, marcado por años de esfuerzo. Evocó su propia vida, ociosa y banal… y de repente te sintió tocado por la piedad. Así que cometió un error voluntario y luego otro… Iba a perder.

Viéndolo, el maestro arrojó el tablero al suelo y las piezas se mezclaron.

-No hay vencedor ni vencido -dijo-. No caerá ninguna cabeza.

Se volvió hacia el joven y añadió:

-Dos cosas son necesarias: la concentración y la Piedad. Hoy has aprendido las dos.