Solo las cosas materiales pueden ser poseídas


Convertirse en madre es una de las responsabilidades más grandes del mundo. Hay gran cantidad de gente en los divanes de los psiquiatras y en los manicomios y muchos locos fuera de los manicomios. Si profundizas en la neurosis de la humanidad encontrarás siempre a la madre, porque muchísimas mujeres quieren ser madres, pero no saben como serlo. Una vez que la relación entre la madre y el hijo se deteriora, toda la vida del hijo se arruina, porque éste es su primer contacto con el mundo, su primera relación

Todo lo demás será la continuación de esto. Y si el primer paso se dio mal, toda la vida sale mal.

Una debería convertirse en madre conscientemente. Estás aceptando una de las responsabilidades más grandes que un ser humano pueda aceptar. Los hombres son un poco más libres en este sentido porque no pueden tener más responsabilidad. Así que conviértete en madre, pero no des por sentado que por el solo hecho de ser mujer, una es necesariamente madre; esto es una falacia. La maternidad es un gran arte; tienes que aprenderlo. ¡Así que empieza a aprender de que se trata!

Quisiera decirte algunas cosas:

Primero: nunca trates al niño como tuyo; nunca lo poseas. El niño viene a través de ti, pero no es tuyo. Dios sólo te ha usado como vehículo, como medio, pero el niño no es tu posesión. Ámale, pero nunca le poseas. Si la madre empieza a poseer al niño, le destruye la vida. El niño empieza a convertirse en un prisionero. Estás destruyendo su personalidad y le estás reduciendo a una cosa. Sólo una cosa puede ser poseída: una casa puede ser poseída, un coche puede ser poseído, nunca una persona. Así que ésta es la
primera lección; prepárate para ella. Antes de que el niño llegue, tú deberías ser capaz de recibirle como a un ser independiente, como a una persona, por su propio derecho, no por ser sólo tu hijo.

Y lo segundo: trata al niño como tratarías a un adulto. Nunca trates a un niño como a un niño; trátale con profundo respeto. Dios te ha elegido como anfitrión, Dios ha entrado en tu ser como invitado. El niño es muy frágil, indefenso. Es muy difícil respetarle. Es muy fácil humillarle. La humillación resulta fácil porque el niño es indefenso y no puede hacer nada, no puede desquitarse, no puede reaccionar.

Trata al niño como a un adulto y con gran respeto. Cuando respetas al niño, no tratas de imponerle tus ideas. No tratas de imponerle nada. Simplemente le das libertad, libertad de explorar el mundo. Le ayudas a ser cada vez más capaz de explorar el mundo, pero nunca le das órdenes. Le das energía, le das protección, le das seguridad, todo lo que necesita, pero le ayudas a alejarse de ti para explorar el mundo. Y por supuesto que la libertad incluye lo malo. Es muy difícil para una madre aprender que cuando se da libertad al niño, no es sólo libertad para hacer lo bueno; es necesariamente libertad para hacer lo malo, para equivocarse. Así que haz al niño alerta, inteligente, pero nunca le des ningún mandamiento; nadie los cumple y la gente se vuelve hipócrita. Por lo tanto, nunca le ayudes, ni le obligues a convertirse en un hipócrita.

Y lo tercero: no le hagas caso a la moralidad, no escuches a la religión, no escuches a la cultura; escucha a la naturaleza. Todo lo que es natural, es bueno, incluso aunque a veces te resulta difícil, muy incómodo… porque no has sido criado de acuerdo con la naturaleza. Tus padres no te criaron con verdadero arte, amor. Sólo fue algo accidental. No repitas los mismos errores. Te sentirás incómodo muchas veces…

Por ejemplo: un niño pequeño empieza a jugar con sus órganos sexuales. La tendencia natural de la madre es interrumpir al niño porque a ella le han enseñado que esto está mal. Aún si ella siente que no hay nada malo en ello si hay alguien presente, se siente algo avergonzada. ¡Avergüénzate!

Siéntete avergonzada. Aunque pierdas tu respetabilidad ante la sociedad, piérdela, pero nunca interfieras con lo que hace el niño. Deja que la naturaleza siga su propio curso. Tú estás aquí para facilitar todo lo que la naturaleza está revelando. No has de dirigir la naturaleza; solamente has de estar ahí como una ayuda.

Así que recuerda estas tres cosas… y empieza a mediar. Antes de que el niño nazca, deberías ahondar tan profundamente como te sea posible en la meditación.

Cuando el niño está en tu seno, todo lo que haces llega a él como una vibración. Si estás enojada, tu vientre está tenso de ira. El niño inmediatamente lo siente. Cuando estás triste, tu vientre está inmerso en una atmósfera de tristeza. En seguida el niño se siente atontado, deprimido.

El niño depende totalmente de ti. Cualquiera que sea tu estado de ánimo, es el mismo estado de ánimo del niño. El niño todavía no tiene independencia Tu clima es su clima. Así que deja de pelear; no más ira. Por eso digo que ser madre es una gran responsabilidad. Tú tendrás que sacrificar mucho…

Si desde el principio los conflictos, la furia, el odio, entran en la mente del niño, le estás provocando un infierno, sufrirá. Entonces es mejor no traer un niño al mundo. ¿Por qué traerle al sufrimiento? El mundo es un tremendo sufrimiento.

En primer lugar, traer un niño a este mundo, es un asunto muy arriesgado.

Pero incluso si es esto lo que quieres, por lo menos trae a un niño que sea totalmente diferente en este mundo, que no sea desgraciado, que por lo menos ayude a que el mundo sea más alegre. Tendría que traer algo más de alegría al mundo… un poco más de risas, amor y vida.

Osho

Un comentario en “Solo las cosas materiales pueden ser poseídas

  1. Me gusta aprender.
    Si estos temas los hubieramos abordado hace 30 años, por lo menos en mi vida habría cambiado ciertas actuaciones, pero ahora sigo aprendiendo a ver la vida.
    Gracias por compartir vuestra sabiduría con mi ignorancia

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